RELATOS DESDE MI VENTANA. Aute, besos y tu.

 

Todavía sabía mi boca a beso, a su boca descarada, insolente, amante jugosa…Todavía tenía los labios hinchados, ahítos  de sus pequeños mordiscos, de las burlas de la punta de su lengua, todavía todo me sabía a él, a pesar de los años y del tiempo.

El fue el amor de mi vida, al menos, en aquellos días de fines de semana,  de cine en VHS y música, de lecturas a medias de  palabras compartidas  y sofá; sofá y manta, sofá y sin ropa, sofá y alfombra rodando entre mil besos.

Tu y yo bebíamos de una botella que le habían regalado a mi padre.

— Quiero beberte a morro, enterita —, me decías.

Y yo me deshacía de amor y risas nerviosas dentro de tu brazos y entre tu boca, toda ternura. Me cantabas al oído, a capella con Aute:

«…Luego apago tus ojos

Y duermo con tu nombre besando mi boca

Ay, amor mío

Qué terriblemente absurdo es estar vivo

Sin el alma de tu cuerpo, sin tu latido

Sin  tu latido «

Y nos arrebujamos bajo la manta, en cucharita, sintiéndonos el corazón, los  latidos.

Con el calor de verano ya éramos uno,  los dos  en uno. Ese verano fue mágico, como lo fue también el siguiente. Días de playa y sol, noches de olas y arena con una linterna leyendo libros de la Sonrisa Vertical, entre Benedetti y Neruda . En el wallkman siempre Aute. Mas besos y sexo y sueños,  y el miedo a la realidad que ya nos alcanzaba. Tu terminabas tu carrera y  soñabas con proyectos, tus padres también. Yo también los tenía y me ilusionaban, tu también.

Y luego llegó la vida y sus circunstancias, y los trabajos y crecer, tu por tu lado, yo por el mío y el recuerdo entre medias. Entre medias de mi él y tu, entre medias de tu ella y yo. El recuerdo de esos besos superlativos, universales y exigentes, que nos pidieron todo y todo lo dimos en ellos, con labios abiertos y lenguas como dedos, con labios cerrados y cosquillas de hormigas.

Sentada en un sofá parecido, cubierta con una manta, tres libros en la mesa auxiliar. Ya no son de la sonrisa vertical, ni siquiera de Benedetti ni Neruda. Me he vuelto un tanto cínica y mayor, me gusta la poesía intensa, feroz y descarnada, sigo enamorada del amor y de los besos pero de otra forma. Ahora leo a Luis Alberto de Cuenca y José Luis García Martín. Ya no veo películas en VHS, para eso esta Netflix o Amazon Prime. No lo puedo evitar: estoy viendo Modern Love  y me ha recordado a ti.

Otra copa mas de vino. Le digo a Siri que ponga música. Ella me conoce, Aute comienza a cantar  «El Universo», aquella canción de acordes místicos, tan sexual y sensual,  que nos sabía a prohibido, encendía nuestros besos e incendiaba nuestros cuerpos.  Aquellos besos como hechizos que nublaban nuestro entendimiento y nos fundían de placer

…» Tu piel eran chispazos
De mil aguamarinas
Tus pechos me miraban
Como ávidas pupilas.

Tus muslos extendidos
Tenían cierta prisa
Tu pubis era un beso
Fundido en mi saliva.

Y empapados de agua y Luna
Enlazados cuerpo a cuerpo
Recorrimos las espumas
Hasta el fin del Universo
Donde nace el Universo
Cuando estalla el Universo
El Universo…

Sentí que me sentías
Meciéndote por dentro
Las olas eran ritmos
Del mismo movimiento.

Disuelto en tus entrañas
De líquidos secretos
Desentrañaba el nudo
De Dios y su misterio…»

Pero ya no estas tu, ni tus besos. Tampoco está Aute, también se ha ido. Donde quieras que estés te mando un beso  pero ya no te lo envuelvo en mis labios.

Te echo de menos. Ana.

 

Hace pocos días fallecia Luis Eduardo Aute, poeta, cantautor, pintor, banda sonora de mi juventud, mecenas de amor por la poesía. Este hecho unido  a que hoy se celebraba el Día Internacional del beso , paradójicamente en un ambiente en que no nos podemos ni acercar los unos a los otros a menos de dos metros, me ha llevado a escribir este relato. Homenaje sentido a Aute, pintor con palabras y colores de lo besos, el amor  y el deseo. Va por ti maestro. Va por los besos que nos hemos dado y por los miles que aún daremos. Eso espero.

 

 

6 comentarios en “RELATOS DESDE MI VENTANA. Aute, besos y tu.

  1. Sublime es la primera palabra que se me ocurre tras leerte.
    Es un relato elegante, íntimo e intenso, como todo lo que escribes. Gracias por regalarnos una vez más un cachito de tu talento.
    Un besazo en esta época en la que prácticamente es ilegal darlos, pero el nuestro virtual, que cuando ya se pueda el achuchón que te voy a dar va a ser épico.
    I love you.

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