RELATOS DESDE MI VENTANA. Las Primeras bases

LAS PRIMERAS BASES

Fue en el año 1982 cuando se enamoró por primera vez, hasta el tuétano.

Él era como el divino Brian Ferry, el elegante y carismático solista de Roxy Music. Le conoció el día del cumpleaños de su amiga Paloma, en el Pachá Madrid, era amigo de unos amigos y la sacó a bailar cuando sonaba el erótico solo de saxofón del tema Avalón de dicho grupo. Ella lo interpretó como una señal.

Ernesto, era guapo, alto, estilizado, con clase y elegante, sabía bailar y cuando comenzaron a deslizarse sobre la pista ella se sintió como la belleza rubia que aparecía en el videoclip que proyectaban en la pantalla. Envuelta en sus brazos se meció al ritmo de la música y cuando en un inesperado giro él aprovecho para regar de besos húmedos su cuello, ella se rindió al amor y al calentón.

Con Ernesto cruzó la primera base, y la segunda….nunca llegó a rematar pese a la insistencia angustiosa de Ernesto, varios años mayor que ella y muy ducho en  lides de seducción, pero que resultaron claramente insuficientes para derrotar la voluntad de ella, edificada sobre los cimientos de una férrea educación religiosa basada en el miedo a la práctica del sexo y sus funestas consecuencias.

—Te quiero Julia, pero no aguanto más. Tengo las pelotas moradas y los nervios de punta, has quemado mis terminaciones nerviosas con tantos calentones no sofocados. No se que mas tengo que hacer para demostrarte que te quiero y que una vez que hagamos el amor no te voy a abandonar. Para mi no eres una mas, eres la única. Pero no puedo seguir así. Se acabó.

Y, efectivamente, se acabó.

Aquella vez, fue la primera en que Julia fue consciente de sus miedos y recordó , aunque tarde, aquella frase de Cervantes: «Aquél que pierde el valor, lo pierde todo».

Tras muchas  noches de insomnio y decenas de paquetes de Fortuna  y  pañuelos de papel, agotó sus lágrimas y remendó su conciencia, y apelando a su formación de letras recordó lo que siempre les decía su profesor de filosofía:  era más valiente el que vencía  sus deseos que aquel que vencía a sus enemigos, porque la victoria más grande es sobre uno mismo. Aristóteles dixit.

 Ese mismo año, cuando ya moría el mes de Agosto, en un  concierto de Roxy Music en el Estadio del Moscardó, volvió a ver a Ernesto, él le estaba comiendo el cuello a besos a una rubia que si se parecía a la modelo del videoclip de Avalón. Cerró los ojos mientras el saxo sonaba, de nuevo,   y acompañaba la elegante y triste voz de Brian  cantando  Jealous Guy .

♫ ♬ ♪   «I´m just a Jealou Guy… «♫ ♬ ♪

 Ella también estaba celosa, frustrada y celosa, arrepentida y celosa. Y en ese mismo momento pensó que su profesor de filosofía, Aristóteles y ella misma eran unos gilipollas. Y Ernesto, también, además de un jodido pulpo y un soberano mentiroso. Inequivocamente, fue otra señal.

No volvió a escuchar ninguna canción mas de ese grupo  hasta que tres años después viendo Nueve semanas y media con un amigo en la pelicula sonó, cadenciosa, «Slave to love» . Cuando terminaron de verla  jugaron a ser  Mickey Rourke y Kim Basinger , con bastante éxito y mucho morbo.

Ernesto nunca la esperó pero ella aprendió a dejar de ser esclava de sus propios miedos y dueña de sus deseos. Afortunadamente, no hacia mucho, Aristóteles había dejado de hablarle a su conciencia.

 

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